La fachada ventilada es un sistema constructivo que deja una cámara ventilada entre el revestimiento y el aislamiento y elimina los puentes térmicos, así como los problemas de condensación.

De esta manera se consigue un comportamiento térmico excelente y se evita la humedad.

Las fachadas que no están correctamente aisladas suponen una pérdida energética considerable en viviendas de particulares y edificios de empresas.

Cómo funciona un sistema de fachada ventilada

El sistema de fachada ventilada se compone de:

  • Muro de soporte.
  • Cámara de aire.
  • Capa aislante.
  • Material de revestimiento con estructura portante para fijarla al edificio.

Gracias a esta estructura, entre el muro portante y el material de revestimiento se crea una cámara de aire, no estanca, que permite la ventilación y también el aislamiento térmico.

Debido al calentamiento del aire del espacio intermedio con respecto a la temperatura ambiente, se produce el llamado “efecto chimenea”, que genera una ventilación continua en la cámara.

De esta forma, se consigue una constante evacuación del vapor de agua proveniente tanto del interior como del exterior del edificio, manteniendo el aislamiento seco y obteniendo un mejor rendimiento de éste y un gran ahorro en el consumo energético.

El muro de soporte

El muro soporte es el encargado de asegurar la estabilidad del edificio.

Este muro debe ser lo suficientemente estable como para soportar el peso del revestimiento y los esfuerzos que este le transmite.

La cámara de aire

La cámara de aire, que ha de tener como mínimo 2 cm de anchos en las zonas más estrechas, tiene una apertura en la parte superior y otra en la parte inferior, estas aperturas son las que permiten la circulación constante de aire.

Para evitar la entrada de agua, hay que proteger estas entradas de forma correcta porque si se filtra agua va a disminuir mucho la eficacia de la capa aislante.

En la apertura inferior de la fachada, lo que se conoce como el arranque de la fachada, se incorpora un perfil perforado que además de permitir la ventilación a través de sus orificios, constituye una protección anti roedores.

En la apertura superior, conocida como la coronación de la fachada, se instala una chapa metálica de remate que protege contra la entrada de agua, pero deja el espacio suficiente para permitir la ventilación constante.

La capa aislante

El aislamiento se puede realizar en el exterior o en el interior de la vivienda, pero se recomienda privilegiar su instalación en el exterior del muro soporte para garantizar un mejor rendimiento en términos de dilatación y contracción.

Cuando instalamos el aislante por dentro de la vivienda, ya no forma parte de la fachada ventilada, por lo que se impide su movimiento y transpiración.

Material de revestimiento

Se pueden usar muchos materiales para el revestimiento exterior, como la cerámica, cerramientos metálicos, la madera o la pizarra natural.

Lo más importante es optar por un material de calidad, resistente y duradero que complemente la eficiencia de la fachada ventilada.

El efecto chimenea

Como consecuencia de las diferencias de temperatura, en este espacio intermedio se produce un fenómeno de convección natural conocido como «efecto chimenea».

efecto chimenea en fachadas ventiladas

Este fenómeno de convección natural hace que en verano el aire caliente suba y que la cámara de aire se renueve de aire más frío. Mientras que, en invierno, el aire no se calienta lo suficiente como para ascender, por lo que el aire de la cámara no se renueva y la capa de aislamiento retiene el calor que proviene del interior.

Esto evita el sobrecalentamiento en los meses de más calor y hace que la temperatura interior de la vivienda se conserve mejor durante los meses más fríos.

Por lo tanto, la circulación constante del aire del exterior al interior de la cámara es esencial para que las prestaciones de la fachada ventilada sean óptimas. Ya que, como podemos observar, esta es la responsable de las numerosas ventajas que caracterizan a la fachada ventilada.

Ventajas de las fachadas ventiladas

Ahora vamos a ver cuáles son las ventajas de este tipo de fachadas:

Ahorro energético

Sin duda la principal ventaja de la fachada ventilada es la mejora en el comportamiento energético del edificio y el gran ahorro económico que se produce gracias a la cámara ventilada.

Mejora el aislamiento térmico y acústico

No solo ahorrarás en la factura energética, con este sistema también conseguirás mejorar el aislamiento acústico y térmico, lo que se traduce en un mayor confort en el interior del edificio.

Entorno más saludable

Además de incrementar el confort del usuario, el sistema es acorde con las exigencias básicas de salubridad en cuanto a higiene, salud y protección del medio ambiente.

Durabilidad técnica

Este sistema evita las radiaciones directas y las inclemencias meteorológicas sobre muros y forjados protegiéndolos de las patologías que afectan a los edificios construidos con sistemas tradicionales.

Poco mantenimiento

El mantenimiento de la fachada ventilada es casi nulo, especialmente si eliges un material de revestimiento que resista bien las inclemencias del tiempo como una pizarra natural de calidad.

SATE vs fachada ventilada ¿cuál es mejor?

La elección entre SATE y fachada ventilada puede parecer difícil pero lo cierto es que una de las dos presenta una serie de ventajas sobre la otra que la convierten en una apuesta ganadora.

Ambos sistemas consiguen mejorar notablemente el aislamiento térmico, con las repercusiones que esto tiene sobre el consumo energético y el bienestar en el interior.

Pero ante un resultado satisfactorio por parte de ambas, nos quedamos con el sistema SATE por estos motivos:

  • Colocarlo es mucho más fácil (la fachada ventilada presenta una mayor complejidad), y esto se traduce en horas de trabajo y por tanto en costes. Por tanto, desde el punto de vista calidad/precio, SATE es la opción ganadora. Obviamente los dos consiguen ahorrar en gastos de climatización, pero la instalación inclina la balanza hacia el SATE.
  • En cuanto a los puentes térmicos, SATE los evita ya que no va soportado por una subestructura que debe estar perfectamente nivelada como es el caso de la fachada ventilada. Instalarlo de forma que se maximice su eficacia es mucho más sencillo.
  • El mantenimiento en ambos sistemas es sencillo, pero en el caso de la fachada ventilada habrá que estar pendientes de la acumulación de suciedad en la cámara de aire creada.

Por tanto, y aunque ambas técnicas consiguen confort térmico y aislamiento, nos quedamos con SATE. Ofrece acabados variados y puede aportar un plus de aislamiento acústico muy interesante en viviendas.

 

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